OBREROS INVISIBLES

Lectura: Romanos 12:1-10.

"En un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función" Romanos 12:4

Mientras me arreglaba las uñas, comencé a sentir lástima de mi mano derecha. Esta hace la mayor parte del trabajo, pero la izquierda es la que más atención recibe. Con delicadeza, mi derecha aplica esmalte a las uñas de la izquierda, pero esta, al carecer de habilidad y coordinación, no le devuelve el favor. El esmalte de la derecha está siempre corrido y hecho un desastre. Una mano hace el mejor trabajo, pero la otra recibe todo el cuidado y la consideración.

Mientras trabajaba, mis pensamientos se centraron en algo mucho más importante: los miembros de mi iglesia, muchos de los cuales son sumamente talentosos para realizar tareas que hacen que los demás luzcan bien. Sin embargo, estas personas tan trabajadoras suelen pasar desapercibidas porque su labor hace que la atención se centre en otros. Parece injusto que quienes hacen un trabajo tan bueno sean tan poco reconocidos.

No obstante, los creyentes con una verdadera mentalidad de siervo no lo ven de este modo. Ellos les dan más importancia a los demás (Romanos 12:10) porque saben que Dios ve lo que otras personas no perciben y que Él recompensará a aquellos cuya labor pasa desapercibida para otros (Mateo 6:4,6,181 Corintios 12:24).

¿Alguna otra persona está cosechando el fruto de tu arduo trabajo? Cobra ánimo. Dios recompensa a aquellos que trabajan «de manera invisible» para hacer que Cristo sea visible al mundo.

Reflexión: A Cristo no le pasa desapercibido ningún servicio para Él.

NUESTRA ÚNICA ESPERANZA


"Vivamos en este siglo […], piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada" Tito 2:12-13

Un autor anónimo escribió: «Cuando me convertí y luego, durante algunos años, la segunda venida de Cristo era un pensamiento emocionante, una bendita esperanza, una promesa gloriosa, el tema de algunos de los himnos más vivificantes de la iglesia.

»Con el tiempo, eso se convirtió en un principio aceptado de la fe, una doctrina esencial, una especie de sello característico invisible de mi ministerio. Era el área favorita de mis estudios teológicos, tanto en el púlpito como al escribir. Ahora, de repente, la segunda venida significa algo más para mí. Pablo lo denominó “la esperanza bienaventurada”. Sin embargo, en el día de hoy, parece ser la única esperanza del mundo».

Desde el punto de vista humano, no hay solución para los conflictos del mundo. Los líderes están naturalmente frustrados tratando de resolver los crecientes problemas de la sociedad. La única salida total y permanente se encuentra en el retorno de Cristo a la tierra. Cuando Él venga, establecerá Su reino. Gobernará a las naciones con justicia y «la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová» (Habacuc 2:14).

Mientras esperamos el regreso del Salvador, continuemos orando, trabajando, velando y «aguardando la esperanza bienaventurada», nuestra única esperanza para este mundo.

Reflexión: A medida que este mundo se oscurece, el prometido retorno del Hijo de Dios brilla más.

ALABANZA PODEROSA

Lectura: Isaías 61:1-3.

"Me ungió Jehová; [… para que] dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto" Isaías 61:1,3

¡La alabanza es poderosa! Cuando el pastor escocés Robert Murray McCheyne se angustiaba por la frialdad de su corazón hacia las cosas del Señor, cantaba alabanzas a Dios hasta que sentía que su espíritu se reavivaba. Por lo general, sus familiares podían decir a qué hora se despertaba, porque comenzaba el día con un salmo de alabanza.

Un día, mientras trataba de preparar su corazón para predicar, escribió en su diario: «¿Deseo de corazón ser santo en todo? […] Señor, tú sabes todas las cosas […]. Me he sentido tan insensibilizado y afligido que ni siquiera puedo entristecerme por esta falta de sensibilidad. Al acercarse la noche, reviví. Logré calmar mi espíritu [cantando salmos] y orando». McCheyne había recuperado su ánimo por medio de la alabanza a Dios.

Quizá sientas como que estás hundido en lo que John Bunyan llamó el «pantano del abatimiento». Eleva un cántico de alabanza al Señor. El salmista dijo: «Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente» (89:1). Cuando lo hagamos, la alabanza no sólo brotará de nuestros labios, sino también de nuestro corazón. El Señor se deleita en dar «óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado» (Isaías 61:3).

Sí, «es bueno cantar salmos a nuestro Dios»… en todo momento (Salmo 147:1).

Reflexión: Si estás vestido con un espíritu de pesadumbre, pruébate un atuendo de alabanza.

COMO UN CORDERO

Lectura: Juan 15:9-17.

"Como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca" Isaías 53:7

En 1602, el artista italiano Caravaggio pintó un cuadro titulado La captura de Cristo. Esta obra, una muestra temprana del estilo barroco, es cautivante. Hecha con matices oscuros, permite que el observador contemple el arresto de Jesús en el huerto de Getsemaní. Dos elementos notorios de la escena descrita en la pintura captan la atención de quien la contempla. El primero es Judas, dando el beso traidor. Sin embargo, la vista luego se centra inmediatamente en las manos de Jesús, las cuales están suavemente entrelazadas mostrando que no ofrecía ninguna resistencia ante esa injusticia. Aunque Cristo tuvo el poder para crear un universo, se entregó voluntariamente a Sus captores y a la cruz que le aguardaba.

Mucho antes de que tuviera lugar esta escena, Jesús les dijo a sus oyentes que nadie podía quitarle la vida, sino que Él la ponía voluntariamente (Juan 10:18). Esta actitud de entrega voluntaria fue profetizada por Isaías, quien escribió: «Como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca» (Isaías 57:3).

El sacrificio personal de Cristo, a semejanza del de un cordero, es una muestra maravillosa de la grandeza de Su amor. «Nadie tiene mayor amor que este», explicó Él, «que uno ponga su vida por sus amigos» (Juan 15:13). Piénsalo. ¡Hasta tal punto te amó Jesús!

Reflexión: Las manos traspasadas de Jesús revelan el corazón inundado de amor de Dios.