REALMENTE SEDIENTO

Lectura: Salmo 42.

"Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía" Salmo 42:1

¿Alguna vez tuviste una sed terrible? Hace unos años, visité a mi hermana Kathy en Mali, África Occidental. Una tarde, mientras hacíamos un viaje de turismo, la temperatura subió a más de 40 ºC. Muerto de sed, le dije: «Oye, necesito beber algo». Cuando Kathy me dijo que se había olvidado de llevar una provisión de agua filtrada, comencé a desesperarme un poco. Cuanto más seguíamos viaje, tanto más me preguntaba cómo sería en realidad morirse de sed.

Por fin, Kathy dijo: «Ya sé dónde podemos ir», mientras se dirigía hacia la entrada de una embajada. Una vez adentro, me encontré con el paisaje más maravilloso: ¡una máquina expendedora de agua fresca! Tomé uno de los vasitos de papel y lo llené una y otra vez. Mi cuerpo había estado privado de agua durante demasiado tiempo y entonces requirió mucho líquido para revertir los efectos de la deshidratación.

El salmista comparó la sed física con la espiritual: «Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía» (Salmo 42:1). Su sed se refería a un anhelo desesperado del Señor, el único Dios vivo (v. 2).

¿Anhelas algo que este mundo no puede proveer? Esa insatisfacción es la sed que el alma tiene de Dios. Corre hacia Aquel que es el único que puede apagar esa sed. «Porque [Dios] sacia al alma menesterosa, y llena de bien al alma hambrienta» (Salmo 107:9).

Reflexión: Sólo Jesús, el Agua viva, puede satisfacer la sed del alma.

TODO AL GANADOR

Lectura: 2 Corintios 9:6-15.

"Dios ama al dador alegre" 2 Corintios 9:7

En 2008, el periódico Los Angeles Times cubrió la final de un campeonato de fútbol entre dos escuelas cristianas, pero las noticias fueron más allá de quién ganó el encuentro. Tres días antes, un incendio había arrasado las instalaciones del Westmont College y destruido varios edificios académicos, residencias de profesores y habitaciones de estudiantes. Al no poder ser sede del evento, las reglas exigían que perdiera el juego. En cambio, la universidad Azuza Pacific invitó a sus contrincantes a jugar en sus instalaciones, donde recibió a la hinchada de Westmont con entradas gratuitas y un almuerzo.

En el campo de juego, Westmont obtuvo una emotiva victoria de 2 a 0, mientras que Azuza Pacific se ganó la admiración por su buena voluntad. Bill Plaschke, reportero de LA Times, escribió: «En el sur de California, raras veces se ha visto una mejor demostración de buen espíritu deportivo que en esta ocasión. Azuza Pacific sacrificó su posibilidad de defender el título para darle a Westmont una buena chance de ganarlo. Tan impresionante como la resistencia de los vencedores fue la bondad de los vencidos».

A menudo, cuando la Biblia nos insta a dar de buena gana y con generosidad, «porque Dios ama al dador alegre» (2 Corintios 9:7), pensamos sólo en el dinero. Dar a los demás una oportunidad y brindar hospitalidad a los angustiados es una forma de generosidad que convierte en ganadores a todos los que lo practican.

Reflexión: La manera de dar muestra las cualidades del dador más que la dádiva en sí.

¡CORRE!

Lectura: 1 Corintios 9:19-27.

"¿No sabéis que […] en el estadio, todos […] corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis" 1 Corintios 9:24

En la película Carrozas de Fuego, ganadora de varios premios, uno de los personajes es el legendario corredor velocista británico Harold Abrahams. Harold está obsesionado por ganar; pero, en las eliminatorias para las Olimpíadas de 1924, en la carrera de 100 metros, es rotundamente vencido por su rival, Eric Liddell. Entonces, reacciona con una profunda decepción. Cuando su novia Sybil trata de animarlo, él dice enojado: «Yo corro para ganar. Si no puedo ganar, ¡no corro!». Ella le responde con sabiduría: «Si no corres, no puedes ganar».

La vida está llena de reveses, y nosotros, como creyentes, no estamos excluidos de experimentar decepciones que nos llevan a querer rendirnos. Sin embargo, en la carrera de la vida cristiana, Pablo nos desafía a seguir corriendo. Les dice a los corintios: «¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis» (1 Corintios 9:24). Debemos correr con fidelidad, dice Pablo, estimulados por saber que corremos para honrar a nuestro Rey y que recibiremos de Él una corona eterna.

Si flaqueamos en esta carrera, si dejamos de servir a Dios o cedemos al pecado ante las dificultades, corremos el riesgo de perder una rica recompensa que podríamos haber recibido si hubiésemos corrido de la mejor manera que podemos.

Sybil tenía razón. «Si no corres, no puedes ganar».

Reflexión: Mejor que ganar cualquier medalla será escuchar al Maestro decir: «¡Bien hecho!»

UN HÉROE CURADO

Lectura: 1 Pedro 3:8-17.

"No os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis" 1 Pedro 3:14

El cabo Desmond Doss fue el primer objetor de conciencia en ganar la Medalla de Honor del Congreso, la condecoración militar más importante en los Estados Unidos. Doss era un consagrado seguidor de Cristo y creía que no debía matar a otras personas, pero deseaba servir a su país; entonces, se ofreció para trabajar como médico. Durante el entrenamiento en el regimiento, los demás soldados se burlaban de él porque se negaba a disparar un rifle. Lo ridiculizaban cuando leía la Biblia y se arrodillaba junto a su cama por la noche para orar. Sin embargo, en combate, la historia cambió.

En mayo de 1945, durante la batalla de Okinawa, en la Segunda Guerra Mundial, Doss arriesgó varias veces su vida para rescatar a cientos de hombres heridos. Por sus acciones generosas, se ganó la gratitud y el respeto de sus antiguos críticos y de aquellos cuyas vidas había salvado.

Frente a la crítica injusta, Pedro les dijo a sus compañeros cristianos: «Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis» (1 Pedro 3:14). Los instó a honrar a Dios en sus corazones y a estar preparados para responder de manera respetuosa a todo el que preguntara sobre la esperanza que ellos tenían (v. 15).

Que nuestra respuesta a un mundo sufriente, que suele ser hostil a Cristo, sea tal que demuestre el amor de Dios.

Reflexión: Devolver bien por bien es humano; devolver bien por mal es divino.

NEGACIÓN PLAUSIBLE

Lectura: Salmo 51:1-10.

"Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón" 1 Samuel 16:7

En respuesta a las acusaciones de los medios de comunicación por escándalo e indecencia, el político culpable respondió con el siguiente pretexto: «No recuerdo tales acontecimientos». No obstante, este fue otro intento de una figura pública de aplicar una estrategia llamada «negación plausible». Ocurre cuando un individuo trata de crear una red de protección personal buscando convencer a los demás de que desconocía los sucesos en cuestión. Otra persona es imputada y se convierte en el chivo expiatorio que paga por los agravios del culpable.

A veces los creyentes tienen su propia clase de negación plausible. Declaramos desconocer nuestra conducta equivocada, ponemos excusas o culpamos a otros; pero Dios sabe la verdad. La Biblia nos dice: «El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón» (1 Samuel 16:7). Esto es cierto cuando el corazón es puro y también cuando está corrompido y encubierto con falsas declaraciones de inocencia. Podemos engañar a otras personas que sólo nos ven por fuera, pero Dios conoce la realidad de nuestro corazón, sea bueno o malo.

Por lo tanto, es sabio confesar con humildad nuestras ofensas al Señor. Él desea que admitamos la verdad (Salmo 51:6). La única manera de librarnos del pecado y restaurar nuestra comunión con Dios es reconocerlo y confesárselo a Él (vv. 3-4).

Reflexión: Podemos conseguir engañar a otros, pero Dios conoce nuestro corazón.

¿QUÉ HAY QUE HACER?

Lectura: Génesis 2:1-7.

"Seis días trabajarás, y al séptimo día reposarás" Éxodo 23:12

La tecnología actual permite que algunas personas trabajen 24/7 (24 horas al día y 7 al días a la semana). Podemos llevar trabajo a casa o adonde vayamos de vacaciones. El trabajo nos acompaña siempre, excepto cuando se corta la luz.

En el invierno de 2008, una tormenta de nieve cubrió varios estados con una espesa capa cristalina. Cayeron árboles y ramas que bloquearon caminos e hicieron que la gente no pudiera salir de sus casas. También afectó a los cables de suministro eléctrico, lo que dejó a muchos en total oscuridad y sin poder hacer nada que requiriera electricidad.

Cada vez que algo así interrumpe mi vida, me doy cuenta de lo importante que es el trabajo para mí. Sin él, me siento insignificante, improductiva e inútil. Sin embargo, Dios no quiere que el trabajar sea tan importante para nosotros, y no tendría que haber un corte de electricidad para obligarnos a parar. En el Antiguo Testamento, el Señor aplicó un plan para hacer que Su pueblo se detuviera y le prestara atención a Él. Se llamaba día de reposo. El séptimo día de la semana no tenían que trabajar (Éxodo 23:12).

Aunque, en el Nuevo Testamento, a los creyentes no se les exige que cumplan esta ley, el descanso sigue siendo importante. Poner en práctica un día para descansar impide que creamos erróneamente que nuestro trabajo es más importante que Dios.

¿Qué hay que hacer para lograr que te detengas y le prestes atención al Señor?

Reflexión: Si no nos apartamos para descansar, nos vamos a desmoronar. —Havner

BUENAS NOTICIAS

Lectura: 2 Reyes 7:3-11.

"No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos" 2 Reyes 7:9

Graham, un amigo mío australiano, no nació ciego. Un extraño accidente lo dejó así cuando tenía nueve años. Sin embargo, él nunca sintió lástima de sí mismo. Dondequiera que iba, contaba lo que Jesús significaba para él. Su último viaje fue a Tailandia para ejercer como fisioterapeuta. Además de utilizar sus habilidades profesionales, quería compartir el evangelio de Cristo.

Los cuatro leprosos de 2 Reyes 7 también tenían una buena noticia para dar. Se habían encontrado imprevistamente con el campamento sirio y descubrieron que no había nadie. Después de apropiarse de la comida y del botín, recordaron al pueblo samaritano que desfallecía de hambre después de haber sido sitiado por los sirios. Su reacción fue: «No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos» (v. 9). Entonces, fueron y le contaron al resto de los israelitas acerca de las provisiones.

A pesar de sus desventajas físicas y sociales, tanto Graham como los leprosos pensaron en los demás. Estaban agradecidos por lo que habían encontrado y lo consideraban demasiado bueno como para guardárselo y no compartirlo con otras personas.

¿Conoces a alguien que necesite saber lo que Jesús hizo? No pongas excusas diciendo que te falta capacidad, sino ve y comparte la buena noticia de lo que el Señor ha hecho contigo. De este modo, tu vida tendrá un nuevo propósito.

Reflexión: Cuando estamos agradecidos por lo que tenemos, queremos compartirlo con otros.

CURSO PARA LÍDERES DE NAVEGANTES GUATEMALA 2011

FECHA: 24 al 26 de Junio

LUGAR: Tabernáculo de Villa Nueva

COSTO:
PRE-INSCRIPCIÓN: $. 80.00 hasta el 31 de Mayo
INSCRIPCIÓN: $. 100.00 Día del Evento

REQUISITOS:

* Tener por lo menos 18 años de edad.
* Completar Fundamentos
* Leer el Manual del Líder en su totalidad
* Hombres y Mujeres pueden asistir.

Mayor Información:

Director Nacional: Revdo. Israel Roca (502) 52088730
Coor. Nacional de Adiestramientos: Luis García (502) 59089841

INCLINARSE HACIA DIOS

Lectura: Colosenses 3:12-17.

"Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús" Colosenses 3:17

El Hermano Lawrence, cocinero en un monasterio del siglo xvii, me ha enseñado muchas cosas sobre cómo recordar de manera consciente a Dios. En su libro La práctica de la presencia de Dios, Lawrence menciona formas prácticas de «ofrecerle a Dios tu corazón una y otra vez durante el transcurso del día», incluso mientras se realizan tareas como cocinar o reparar zapatos. «La profundidad espiritual de la persona —decía él— no depende de cambiar las cosas, sino de modificar las motivaciones; es decir, hacer para Dios lo que comúnmente haces para ti».

Uno de sus elogios expresaba: «El buen Hermano encontraba a Dios en todas partes, ya sea al reparar zapatos como así también al orar. […] Era Dios, no la tarea, lo que tenía en vista. Sabía que, cuanto más alejada estaba la tarea de sus inclinaciones naturales, mayor era su amor al ofrecérsela a Dios».

Este último comentario impactó profundamente a mi esposa. Cuando trabajaba con ancianos en el centro de la ciudad de Chicago, a veces tenía que realizar tareas que iban totalmente en contra de sus inclinaciones naturales. Mientras llevaba a cabo algunas de las labores menos atractivas, se recordaba a sí misma que debía mantener en vista a Dios y glorificar Su nombre. Con esfuerzo, aun las obligaciones más difíciles pueden realizarse y ser presentadas como una ofrenda al Señor (Colosenses 3:17).

Reflexión: La obligación por sí sola es un trabajo penoso, pero, con amor, es un deleite.

LA DEVOCIÓN DE DIOS

Lectura: Efesios 3:14-21.

"A fin de que, […] seáis plenamente capaces de comprender […] el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento" Efesios 3:17-19

En 1826, el escritor británico Thomas Carlyle se casó con Jane Welsh, otra escritora de renombre. Ella se dedicó a respaldar el éxito de su esposo y lo ayudaba de todo corazón.

Debido a una dolencia estomacal y a una enfermedad nerviosa, él tenía un temperamento bastante irritable. Por esa razón, ella le preparaba comidas especiales y trataba de mantener la casa lo más silenciosa posible, para que él pudiera escribir.

Por lo general, Thomas no valoraba el espíritu servicial de Jane ni pasaba mucho tiempo con ella. Sin embargo, refiriéndose a su esposa, le escribió a su madre lo siguiente: «Debo reconocer de corazón que ella […] me ama con una devoción que me resulta misterioso entender que pueda merecerlo. Ella […] mira con tanta dulzura y optimismo mi rostro sombrío, que me transmite una nueva esperanza cada vez que encuentro su mirada».

¡Nosotros también tenemos a Alguien que nos ama con una devoción que no podemos comprender que merezcamos, debido a nuestra condición de pecadores! Esa Persona es Dios el Padre, «que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros» (Romanos 8:32). Su amor es ancho, largo, profundo y alto, y también excede todo conocimiento (Efesios 3:18-19).

Comprender y apreciar el amor de Dios es algo tan vital que Pablo oraba para que los efesios estuvieran «arraigados y cimentados» en él (v. 17).

Reflexión: No hay mayor gozo que saber que Dios te ama.

¿IMPORTAN LAS PALABRAS?

Lectura: Proverbios 15:1-7. 

"Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana" Santiago 1:26 

Escuché decir a un adolescente de una familia creyente: «Mi mamá no cree que esté mal decir palabrotas». Luego aclaró cuáles le parecían aceptables a ella; eran términos que desde hace mucho tiempo se han considerado inapropiados. 

En los últimos años, la forma de hablar de la gente se ha degradado, pero nosotros no tenemos que adaptarnos a eso. Al esforzarnos para tener «cuidado de [nuestra] manera de vivir» (Efesios 5:15 NVI), deberíamos pensar en cómo honrar a Dios con nuestras palabras. 

Agradamos al Señor con nuestra lengua cuando demostramos buen criterio. «El que refrena sus labios es prudente», nos recuerda Proverbios 10:19. Cuando hablamos, tenemos que filtrar las palabras que salen de nuestra boca: «El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias» (Proverbios 21:23). 

Es importante emplear palabras agradables y positivas, incluso para referirse a temas complicados. «La palabra áspera hace subir el furor», pero «la lengua de los sabios adornará la sabiduría» (Proverbios 15:1-2). 

Por último, debemos evitar las palabras que den una imagen pobre de nuestra posición como hijos de Dios. La exhortación de Pablo, «ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca», establece un patrón estricto para el uso correcto del vocabulario.

Para honrar al Señor en cada área de la vida, utiliza palabras que sean agradables y aceptables para un Dios santo. 

Reflexión: Lo que decimos revela lo que somos.

¿NUESTRO COPILOTO?

Lectura: Gálatas 2:11-21.

"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí" Gálatas 2:20

La calcomanía para parachoques que dice «Jesús es mi copiloto» tal vez sea bien intencionada, pero siempre me ha preocupado. Cuando yo estoy en el asiento del conductor de mi vida, el destino nunca es bueno. La función de Jesús no es ser simplemente un «copiloto» espiritual que da instrucciones de vez en cuando, sino que siempre tiene que estar en el asiento del conductor. ¡Y punto!

Solemos decir que Cristo murió por nosotros, lo cual es verdad. Pero eso no es todo. Debido a que Él murió en la cruz, algo en nuestro interior también lo hizo: el poder del pecado. Esto es lo que Pablo quiso decir cuando declaró: «Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí» (Gálatas 2:20). En esencia, fuimos co-crucificados con Él. Con Jesús en el asiento del conductor, los viejos destinos están en zonas prohibidas. Ya no se recorren más las calles del egocentrismo, de la codicia ni de las pasiones desenfrenadas. Se terminaron las aventuras a campo traviesa por los pantanos del orgullo o las zanjas de la amargura. ¡Estamos crucificados con el Señor y ahora Él está al volante! Jesús murió para ser el único que nos conduzca y nos delimite.

Así que, si has muerto y Cristo vive en ti, Él no es tu copiloto. Tu gozo es dejar que conduzca y delimite tu vida. Habrá algunos baches en el camino, pero puedes contar con esto: Él te conducirá a buen destino.

Reflexión: ¿Sigues al volante de tu vida? Es hora de dejar que Jesús conduzca.

OBREROS INVISIBLES

Lectura: Romanos 12:1-10.

"En un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función" Romanos 12:4

Mientras me arreglaba las uñas, comencé a sentir lástima de mi mano derecha. Esta hace la mayor parte del trabajo, pero la izquierda es la que más atención recibe. Con delicadeza, mi derecha aplica esmalte a las uñas de la izquierda, pero esta, al carecer de habilidad y coordinación, no le devuelve el favor. El esmalte de la derecha está siempre corrido y hecho un desastre. Una mano hace el mejor trabajo, pero la otra recibe todo el cuidado y la consideración.

Mientras trabajaba, mis pensamientos se centraron en algo mucho más importante: los miembros de mi iglesia, muchos de los cuales son sumamente talentosos para realizar tareas que hacen que los demás luzcan bien. Sin embargo, estas personas tan trabajadoras suelen pasar desapercibidas porque su labor hace que la atención se centre en otros. Parece injusto que quienes hacen un trabajo tan bueno sean tan poco reconocidos.

No obstante, los creyentes con una verdadera mentalidad de siervo no lo ven de este modo. Ellos les dan más importancia a los demás (Romanos 12:10) porque saben que Dios ve lo que otras personas no perciben y que Él recompensará a aquellos cuya labor pasa desapercibida para otros (Mateo 6:4,6,181 Corintios 12:24).

¿Alguna otra persona está cosechando el fruto de tu arduo trabajo? Cobra ánimo. Dios recompensa a aquellos que trabajan «de manera invisible» para hacer que Cristo sea visible al mundo.

Reflexión: A Cristo no le pasa desapercibido ningún servicio para Él.

NUESTRA ÚNICA ESPERANZA


"Vivamos en este siglo […], piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada" Tito 2:12-13

Un autor anónimo escribió: «Cuando me convertí y luego, durante algunos años, la segunda venida de Cristo era un pensamiento emocionante, una bendita esperanza, una promesa gloriosa, el tema de algunos de los himnos más vivificantes de la iglesia.

»Con el tiempo, eso se convirtió en un principio aceptado de la fe, una doctrina esencial, una especie de sello característico invisible de mi ministerio. Era el área favorita de mis estudios teológicos, tanto en el púlpito como al escribir. Ahora, de repente, la segunda venida significa algo más para mí. Pablo lo denominó “la esperanza bienaventurada”. Sin embargo, en el día de hoy, parece ser la única esperanza del mundo».

Desde el punto de vista humano, no hay solución para los conflictos del mundo. Los líderes están naturalmente frustrados tratando de resolver los crecientes problemas de la sociedad. La única salida total y permanente se encuentra en el retorno de Cristo a la tierra. Cuando Él venga, establecerá Su reino. Gobernará a las naciones con justicia y «la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová» (Habacuc 2:14).

Mientras esperamos el regreso del Salvador, continuemos orando, trabajando, velando y «aguardando la esperanza bienaventurada», nuestra única esperanza para este mundo.

Reflexión: A medida que este mundo se oscurece, el prometido retorno del Hijo de Dios brilla más.

ALABANZA PODEROSA

Lectura: Isaías 61:1-3.

"Me ungió Jehová; [… para que] dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto" Isaías 61:1,3

¡La alabanza es poderosa! Cuando el pastor escocés Robert Murray McCheyne se angustiaba por la frialdad de su corazón hacia las cosas del Señor, cantaba alabanzas a Dios hasta que sentía que su espíritu se reavivaba. Por lo general, sus familiares podían decir a qué hora se despertaba, porque comenzaba el día con un salmo de alabanza.

Un día, mientras trataba de preparar su corazón para predicar, escribió en su diario: «¿Deseo de corazón ser santo en todo? […] Señor, tú sabes todas las cosas […]. Me he sentido tan insensibilizado y afligido que ni siquiera puedo entristecerme por esta falta de sensibilidad. Al acercarse la noche, reviví. Logré calmar mi espíritu [cantando salmos] y orando». McCheyne había recuperado su ánimo por medio de la alabanza a Dios.

Quizá sientas como que estás hundido en lo que John Bunyan llamó el «pantano del abatimiento». Eleva un cántico de alabanza al Señor. El salmista dijo: «Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente» (89:1). Cuando lo hagamos, la alabanza no sólo brotará de nuestros labios, sino también de nuestro corazón. El Señor se deleita en dar «óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado» (Isaías 61:3).

Sí, «es bueno cantar salmos a nuestro Dios»… en todo momento (Salmo 147:1).

Reflexión: Si estás vestido con un espíritu de pesadumbre, pruébate un atuendo de alabanza.

COMO UN CORDERO

Lectura: Juan 15:9-17.

"Como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca" Isaías 53:7

En 1602, el artista italiano Caravaggio pintó un cuadro titulado La captura de Cristo. Esta obra, una muestra temprana del estilo barroco, es cautivante. Hecha con matices oscuros, permite que el observador contemple el arresto de Jesús en el huerto de Getsemaní. Dos elementos notorios de la escena descrita en la pintura captan la atención de quien la contempla. El primero es Judas, dando el beso traidor. Sin embargo, la vista luego se centra inmediatamente en las manos de Jesús, las cuales están suavemente entrelazadas mostrando que no ofrecía ninguna resistencia ante esa injusticia. Aunque Cristo tuvo el poder para crear un universo, se entregó voluntariamente a Sus captores y a la cruz que le aguardaba.

Mucho antes de que tuviera lugar esta escena, Jesús les dijo a sus oyentes que nadie podía quitarle la vida, sino que Él la ponía voluntariamente (Juan 10:18). Esta actitud de entrega voluntaria fue profetizada por Isaías, quien escribió: «Como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca» (Isaías 57:3).

El sacrificio personal de Cristo, a semejanza del de un cordero, es una muestra maravillosa de la grandeza de Su amor. «Nadie tiene mayor amor que este», explicó Él, «que uno ponga su vida por sus amigos» (Juan 15:13). Piénsalo. ¡Hasta tal punto te amó Jesús!

Reflexión: Las manos traspasadas de Jesús revelan el corazón inundado de amor de Dios.

¿EL REINO DE YO?

Lectura: 1 Pedro 3:8-17.

"Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones" 1 Pedro 3:15

En 1997, Kevin Baugh, de 15 años, y un jovencito amigo decidieron crear su propio país, sólo para divertirse. La República de Molossia comenzó cuando ellos dibujaron un mapa, crearon papel moneda e hicieron una bandera. Actualmente, el Sr. Baugh continúa con su micro-nación tal como comenzó: sólo para divertirse. Cuando Colleen Mastony, reportera del periódico Chicago Tribune, recorrió el reino de poco más de 5.260 m2, en el desierto de Nevada, Baugh le aseguró que continuaba pagando impuestos al gobierno, a los cuales denominaba «ayuda exterior».

«Es siempre en broma», admite Baugh. «Lo hago por el simple placer y deleite de tener mi propio país».

Pocas personas crearán su propia nación, pero todos tenemos un reino del corazón sobre el cual decidiremos quién gobernará. El apóstol Pedro escribió: «Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones» (1 Pedro 3:15). «Santificar» significa colocar a Dios aparte para que sea el Señor o Gobernante de nuestra vida.

En el interior de cada uno de nosotros hay algo que anhela controlar nuestras vidas. Quizá sea tan sólo un pequeño rincón donde declaramos nuestra independencia espiritual y sólo nos rendimos cuentas a nosotros mismos.

Sin embargo, la libertad verdadera llega cuando permitimos que Cristo gobierne nuestros corazones.

Reflexión: Cuando Cristo gobierna nuestro corazón, nuestros pies andan en Sus caminos.

¡DIOS TE NECESITA!

Lectura: Marcos 11:1-7.

"Si alguien os dijere; ¿Por qué hacéis esto? decid que el Señor lo necesita" Marcos 11:3

Para Su entrada triunfal en Jerusalén, Jesús escogió un burro como transporte real. Les indicó a los discípulos que dijeran: «El Señor lo necesita» (Marcos 11:3). ¿No es asombroso que el Hijo de Dios haya utilizado un medio tan insignificante para llevar a cabo Sus propósitos? Sobre este concepto, Alexander Maclaren comenta: «Cristo se acerca a nosotros de manera similar y deja de lado todas nuestras oportunas excusas. Él dice: “Te quiero a ti, y eso basta”».

¡Piénsalo! ¡El Creador del universo nos necesita y desea ubicarnos dentro de Su plan eterno! Aunque es todopoderoso e independiente de toda criatura, ha decidido llevar a cabo Sus planes mediante instrumentos humanos insignificantes. De no ser así, nos habría llevado al cielo tan pronto como fuimos salvos por Su gracia.

Alguien le preguntó a San Francisco de Asís cómo podía hacer tantas cosas. Él respondió: «Quizá esta sea la razón: El Señor miró desde el cielo hacia abajo y dijo: “¿Dónde puedo encontrar al hombre más débil y pequeño de la tierra?”. Después me vio y agregó: “Lo encontré. Obraré a través de él, y él no se enorgullecerá por eso, sino que verá que sólo lo utilizo porque es insignificante”».

¡Tal vez te consideres pequeño, pero Dios te necesita!

Reflexión: Dios está buscando personas comunes para hacer obras fuera de lo común.

DIGNO DE RESPETO


"Recibidle [a Epafrodito], pues, en el Señor, con todo gozo, y tened en estima a los que son como él" Filipenses 2:29

Justo antes del puntapié inicial de la Super Bowl XLIII [final del campeonato de fútbol americano], Kurt Warner, de los Cardinals de Arizona, recibió el premio Walter Payton al hombre del año; homenaje otorgado al jugador con la labor más excelente dentro del campo de juego y el mejor servicio comunitario fuera de él. «Me siento humillado de que el Señor me haya dado una vida tan asombrosa que impacte a otros», dijo Warner, un consagrado creyente en Cristo. «De todos los premios otorgados a los atletas de la NFL [Liga de Fútbol Americano], [esta] se destaca por lo que representa»; un compromiso a la entrega y el sacrificio por los demás.

Rendir homenaje a quienes sirven no es nuevo. Pablo se refirió a esto cuando les recordó a los filipenses que honraran a quienes estaban consagrados al servicio a Dios. Les habló de Epafrodito, un amigo de ellos, que había estado a punto de morir (Filipenses 2:30) debido a sus esfuerzos por servir a otros, incluso a la gente de Filipos, en nombre de Cristo. ¿Qué debían hacer ellos? El apóstol dijo: «Recibidle, pues, en el Señor, con todo gozo, y tened en estima a los que son como él» (v. 29). Sin duda, al pensar en quienes se sacrifican para servir al Salvador, estas personas son dignas de nuestro respeto y estima.

¿Por qué no buscar maneras de mostrar gratitud a aquellos que te han servido espiritualmente? Bríndales la honra que merecen.

Reflexión: Honramos a Dios al honrar a quienes le sirven a Él.

FRAGANCIA PERSONAL


"Por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento" 2 Corintios 2:14

Uno no puede verlo, oírlo ni tocarlo, pero el aroma es algo poderoso. El olor de cosas como los crayones, las petunias y los perfumes evocan recuerdos que me transportan al pasado y me traen a la mente personas y lugares que, de otro modo, no recordaría.

Algunas celebridades tienen fragancias que llevan sus nombres. Los fans pueden identificarse con una actriz o un cantante usando los perfumes con sus nombres. En relación a esto, la revista Ladies Home Journal publicó un cuestionario para ayudar a las lectoras a determinar cuál es la fragancia perfecta para ellas. La idea es que, para que una mujer sea recordada, debe tener un aroma con el cual se la asocie.

El concepto de la fragancia personal no es nuevo. Dios lo incorporó como parte de la adoración. En el tabernáculo, una determinada esencia debía asociarse con el Señor (Éxodo 30:34-35). La gente tenía prohibido usarla para otra cosa que no fuera la adoración (vv. 37-38).

Este concepto continúa en el nuevo pacto, pero con una diferencia impactante. En vez de usar incienso para hacer que la gente piense en Él, Dios utiliza a los creyentes como Su «fragancia personal» ante el mundo (2 Corintios 2:14-15). Que Dios se identifique con nosotros de una manera tan poderosa es un concepto que verdaderamente nos llena de humildad, y hace que me pregunte: «¿Qué piensa la gente de Dios como resultado de estar a mi alrededor?».

Reflexión: Una vida vivida para Dios es una fragancia agradable.